​A poco más de hora y media de la capital sonorense, mar y desierto se unen en este corredor turístico dotándolo de una belleza y ubicación privilegiadas. Hospitalidad y apacible ambiente se conjugan con tranquilas playas, increíbles paisajes, buena gastronomía, clásicas festividades (Carnaval, Semana Santa); torneos de pesca, cultura, hoteles y actividades para toda clase de gusto y presupuesto, consolidándolo como destino predilecto del turismo local, nacional y extranjero. Ideal en parejas, familias o grupos de amigos, tanto en plan relajado como para unos días de intensa diversión practicando deportes acuáticos y extremos. Por conocer, en el centro de Guaymas: Plaza Trece de Julio (se afirma que su quiosco fue diseñado por el constructor de la Torre Eiffel); Iglesia San Fernando, Palacio Municipal, Antigua Cárcel. En San Carlos (también llamado Nuevo Guaymas): Cerro Tetakawi, Bácum, Casas Blancas, Vicam (comunidades yaquis); Delfinario de Sonora, entre Guaymas y San Carlos, perfecto para ir en familia con niños pequeños. Sobresaliente infraestructura de ranchos cinegéticos (Baboyahui, Aguaje de la Tuna, El Arenoso, ejidos Urbalejo, La Misa, Punta de Agua, Sonora) con caza controlada de especies como borrego cimarrón, venado del desierto y cola blanca; codorniz, guajolote silvestre, paloma ala blanca. Diversidad de escenarios alternativos para actividades náuticas y al aire libre: Isla San Pedro Nolasco, Piedras Pintas, Playas Miramar, San Francisco, San Fernando y Algodones (buceo, pesca, kayak); Área Natural Protegida Cañón Barajitas, San José, Cerro Colorado, El Himalaya (montañismo, camping, pinturas rupestres); Club de Golf Marina San Carlos. Imperdible: avistamiento de ballenas grises (noviembre a marzo). Vida nocturna ad hoc a diferentes edades y estados de ánimo.